Esta exposición está formada por tres piezas que hablan desde lo no dicho por inefable, de lo que callamos por no estructurarse según las leyes que organizan el discurso, de lo que se oculta detrás de las palabras susurradas y, sobre todo, de los silencios que articulan y entretejen lo que decimos, y lo que no, y que propician el ritmo.
Decía John Berger en Sobre el dibujo que lo que diferencia a este de otras disciplinas artísticas es su carácter de piedra pasadera. Para el crítico británico la obra dibujada es como un río y cada grafismo en el soporte es una piedra que nos permite ir cruzándolo hasta dejarlo atrás.
Fátima Santiago (Fuentes del Maestre, 1997) es una artista multidisciplinar, pero yo la conocí por sus dibujos, sus instalaciones me remiten a ellos. Sus obras están hechas, sobre el soporte del alma, de trazos y esgrafiados que nos van revelando de forma sucinta y misteriosa retazos de la vida. No es solo una obra autobiográfica, si miramos y escuchamos atentamente, también nos revelan de nosotros mismos lo que ignoramos o ya hemos ido olvidando.
La exposición se compone de: las cartas que no te dije, piel primera partida papel y r.osario. Estas tres obras y el concepto de esta exposición están inspirados en la poesía oulipiana. Oulipo fue un grupo literario francés que creó el concepto de literatura potencial, combinando la literatura y las matemáticas como forma constrictiva de construcción. La obra de Fátima está influenciada por las formas de la literatura potencial, en la que ciertas reglas impuestas por la propia autora rigen la composición de la pieza, que van así determinando su desarrollo. Para los escritores de Oulipo esta manera era una forma de evitar el desconcierto o la falta de inspiración, para nuestra artista es además una forma de entender el proceso creativo, como un ritual y un modo de generar un nexo entre la lírica y lo visual.
Las formas del silencio. Tres piedras pasaderas es la primera muestra individual de Fátima Santiago y da continuidad al interés de Plataforma MAL por apoyar a artistas que están comenzando su carrera. El trabajo de Santiago en torno a las construcciones culturales del silencio y su sensibilidad hacia los materiales da continuidad a otros proyectos de Plataforma MAL, como Salir del ritmo, en los que se ha prestado atención a los límites de la esfera pública y los lugares del habla, del ruido y la escucha.
Mariano Luque.
Fátima Santiago
He escrito desde que recuerdo. Aún cuando no sabía, escribía, dibujaba hacerlo. En un gesto de regular el respirar, tomarse la tensión o echarse un pulso. De contar el tiempo. A través del blanco y el negro. Blanco como espacio donde crear, como pausa. Negro como materia o verbo. Contar desde la cotidianeidad, la misma. Desde de la palabra y su transformación sintáctica, semántica y plástica; en busca de una resultado potencial y poético. Lo que conlleva el ritmo implícito por ser un trabajo modular.
Mariano Luque
Nací en Olivares, Sevilla, un 6 de enero de 1972. De allí recuerdo el ir a jugar al campo y mis primeros paisajes a la acuarela. Durante toda mi carrera profesional he cultivado el trabajo desde el recuerdo y la invención, el modelo siempre ha estado en el trasfondo, pero en el proceso final me gusta partir de los recuerdos velados por la memoria, que se van empañando con el paso del tiempo y se van llenando de silencio.